LA HISTORIA DEL COMPUTADOR
Antes de conocer el origen de las computadoras debes saber que el mundo de los cálculos matemáticos y del manejo ágil de la información, ha sido una preocupación fundamental para el ser humano desde hace muchísimos años. Es cierto que hace ya un par de siglos existían ciertos artefactos o máquinas mecánicas que eran capaces de realizar cálculos simples, pero fue en el siglo XX, cuando la electrónica causa un auténtica revolución en estos ingenios.
También es verdad que la invención de la máquina calculadora fue en 1645 por parte del francés Blaise Pascal (1623-1662), agilizaba las operaciones aritméticas complejas, pero aquello no resultaba suficiente. Siempre se sintió la necesidad de que la mano fuera tan rápida como el pensamiento, y es que la imaginación del hombre ha ido siempre por delante de sus posibilidades técnicas, al menos hasta mediados del siglo XX.
INICIOS DE LA COMPUTACION
En 1670, Wilhelm Leibnitz inventa el sistema binario y descubre muchos de los aspectos matemáticos que se utilizarán en la computación moderna. Se anticipa a Touring y diseña una máquina de calcular, la Stepped Reckoner, que realiza la cuatro operaciones básicas.
En 1800, el matemático francés Joseph Jacquard desarrolla un sistema de tarjetas perforadas para controlar el dibujo formado en un telar. Estamos en plena revolución de la industria textil y según los agujeros de la tarjeta, la máquina actúa de una manera u otra. Presentó su proyecto en Lyon en 1805.
Se puede considerar que el pionero en esta lucha contra la limitación material, y la capacidad espiritual fue el matemático y científico británico Charles Babbage (1791-1871). Fue él quien primero vio la posibilidad, en 1823, de crear una máquina que hiciera posible operaciones matemáticas que el hombre no podría realizar a lo largo de una vida por existir.
Eran cálculos matemáticos de tal complejidad que no pueden emprenderse ya que nadie vive lo suficiente para verlos acabados.
Herman Hollerith, fue la persona que introdujo las primeras tarjetas perforadas para almacenar información. Con este revolucionarios sistema para la época, consiguió reducir el tiempo a la mitad. Como curiosidad, existió una especie de computadora que funcionó a vapor. El programa de operaciones se almacenaba en una cinta perforada, método que todavía se seguía empleando en los años sesenta.
El primer esbozo de un computador moderno lo acometió en 1930, el ingeniero alemán Konrad Zuse (1910-1995). Construyó una calculadora que ya operaba según el modo binario: la Z1. Con aquel ingenio se podía realizar una multiplicación compleja en tres segundos.
La primera computadora se ensambló en 1943 en Bletchley, nos referimos al computador electromecánico llamado Colossus. El enorme aparato podía tratar cinco mil caracteres por segundo, para lo que requería de más de dos mil lámparas. Esta máquina podía descifrar los mensajes de la inteligencia alemana, pero no era exactamente un ordenador, al tiempo que Turing trabajaba en Londres, Estados Unidos buscaba la forma de poner al día la máquina de Babbage. En 1944 el ingeniero Howard H.Aiken (1900-1973) daba a conocer su máquina: el Harvard Mark 1, financiada por IBM y se mejoró la calculadora de Babbage.
Paso importantísimo fue dado en 1946, con el computador electrónico ENIAC o Electronic Numerical Integrator and Computer de John Presper Eckert (1919-1995) y John William Mauchly (1907-1980). El invento se debió al encargo hecho a los científicos citados por el ejército norteamericano necesitado de una máquina rápida para calcular la trayectoria de los proyectiles.
Como curiosidad, decir que aquel aparato era inmenso. Pesaba 30 toneladas que ocupaban una superficie de 170 m2. Su cableado tenía varios kilómetros y utilizaba 18.000 válvulas de radio, que consumían gran cantidad de electricidad. Pero se calentaban tanto y tan deprisa que su refrigeración suponía un problema adicional.
A pesar de todo, el armatoste tenía una capacidad de proceso mil veces inferior a la de un ordenador personal o PC de los años noventa, y no podía almacenar ni la milésima parte
de información.